top of page

¿Cuánto tiempo puedo hacer un mismo chiste?

ilovestandup

La eterna duda del comediante

Si hacés stand up, tarde o temprano te vas a preguntar: "¿Hasta cuándo puedo seguir contando este mismo chiste?" Es una pregunta válida, porque cada chiste tiene su ciclo de vida, y depende tanto de vos como del público. Pero, tranquilo, no hay una regla fija. Eso sí, hay señales que te pueden indicar cuándo es momento de dejarlo ir o reinventarlo.


1. El chiste no tiene fecha de vencimiento... pero sí desgaste

Algunos chistes son atemporales. Si tienen un remate sólido y hablan de temas universales, podés contarlos por años. El desgaste llega más rápido cuando vos mismo te aburrís de contarlo. Si empezás a perder entusiasmo al decirlo, el público lo va a notar. En el stand up, la energía con la que presentás un chiste es clave para que funcione.

Por ejemplo, si tenés un chiste sobre la inflación, puede ser eterno porque, seamos honestos, en Argentina siempre es tema. Pero si lo decís con cara de "me quiero ir a mi casa", no va a pegar igual.


2. ¿El público ya lo escuchó?

Si hacés shows en circuitos donde el público puede repetirse (barcitos, open mics, teatros chicos), tené cuidado de no abusar del mismo material. La sorpresa es una parte fundamental del humor. Si alguien ya sabe cómo termina tu chiste, el impacto se diluye.

Eso no quiere decir que tengas que tirar todo a la basura. Podés:

  • Reescribir el remate: Cambiar el giro final para sorprender de nuevo.

  • Agregarle una vuelta de rosca: Ampliar el tema o hacer una autocrítica divertida del chiste original. Ejemplo: "Capaz algunos ya escucharon este chiste... pero bueno, a mí me sigue saliendo más barato que terapia."


3. Un mínimo de tiempo: Dale tiempo a tus chistes para crecer

Antes de abandonar un chiste porque sentís que no funciona, preguntate si le diste el tiempo suficiente para desarrollarse. Escribir un buen chiste lleva trabajo, y a veces meses de ensayo para encontrar el remate perfecto o ajustar el timing.

Un chiste no siempre explota en su primera versión, ni en las primeras presentaciones. Quizás necesite:

  • Un cambio en la estructura: A veces, cambiar el orden de las palabras puede marcar la diferencia.

  • Ajustar el ritmo: El timing es clave en el stand up, y encontrar la pausa justa puede transformar un chiste que antes no funcionaba en un éxito.

  • Más pruebas frente a público: La única manera de saber si un chiste tiene potencial es probándolo en distintos escenarios y con diferentes audiencias.


No te apures a descartar material. Algunos de los mejores chistes nacen después de muchas pruebas y ajustes. Eso sí, prestá atención a tu propia intuición: si después de trabajarlo durante un tiempo sigue sin generar la reacción esperada, tal vez sea momento de dejarlo ir.


4. ¿Te sigue representando?

El stand up es dinámico, y vos como comediante también cambiás con el tiempo. Lo que te hacía reír o lo que te definía hace cinco años puede que ya no te identifique hoy. Si un chiste ya no resuena con vos, aunque funcione con el público, quizás sea momento de renovarte.

Por ejemplo: capaz escribiste sobre estar soltero y ahora estás casado con dos hijos. Podés hacer un callback nostálgico, pero probablemente quieras explorar temas que reflejen tu vida actual.


5. Dejalo en stand-by: A veces, el chiste necesita un descanso

No todos los chistes tienen que ir directo al tacho cuando sentís que ya no funcionan. Algunos simplemente necesitan un poco de distancia. Dejar un chiste en "stand-by" puede ayudarte a verlo con ojos nuevos más adelante y encontrarle un nuevo ángulo, remate o energía.

¿Por qué funciona esto?

  • Tu perspectiva cambia con el tiempo: Lo que hoy no tiene sentido o no te hace reír, puede cobrar fuerza en otro momento de tu vida o carrera.

  • El contexto puede jugar a favor: Un tema que parecía pasado de moda o irrelevante puede volver a ser actual, o encontrar un público más receptivo con el paso del tiempo.

  • Te reencontrás con la chispa original: A veces, al ver un viejo chiste después de un tiempo, recordás por qué te hizo gracia al principio y encontrás formas de mejorarlo.


¿Cómo mantenerlos organizados?

Si decidís darle un descanso a un chiste, no lo olvides por completo. Guardá tus ideas en un cuaderno, archivo o aplicación, y volvé a revisarlas cada tanto. El material "dormido" puede sorprenderte.



Conclusión

El tiempo que podés hacer un mismo chiste depende de varios factores: tu conexión con el material, la reacción del público, y cómo lo adaptás con el tiempo. No descartes un chiste demasiado rápido. Podés dejarlo en pausa, pulirlo o incluso reencontrarte con él en el futuro y descubrir que tiene una nueva vida en el escenario.



chiste viejo

Comentários


bottom of page